El pasado día 26 se presentó, en el Centro Pignatelli, la Agenda Latinoamericana, por iniciativa del Comité Óscar Romero y con la presencia de Frei Betto, dominico, conocido teólogo “de la liberación”. La asistencia fue numerosa y el Comité Óscar Romero agradeció al Pignatelli la acogida que, como todos los años, hacemos a esta iniciativa de solidaridad, sobre todo con la mente puesta, este año, en la canonización de Monseñor Óscar Romero.
La Agenda Latinoamericana se ha hecho ahora universal, aun desde la perspectiva de su latinoamericanismo. Su título –“Las grandes causas… en lo pequeño”– hace alusión a algo que, centrados en las “Grandes Causas”, hemos tal vez olvidado muchas veces. Los “pequeños gestos”, comentaba Frei Betto, no son ajenos a la causa de la gran transformación que necesita nuestra sociedad ni al Reino de Dios, que anuncia Jesús. Hemos de ser conscientes de ese valor trascendente de nuestros pequeños actos que van del cuidado de uno mismo al cuidado de los otros y al cuidado de la tierra y los animales (LS 211-212). El mundo no está lleno de “cosas” sino de “seres” y en todos ellos habita el Espíritu de Dios. Nuestra materia, la que nos unifica a todos desde la creación, es materia espiritual (Teilhard, Ernesto Cardenal…). El ser humano no es un “compuesto” sino una totalidad. Y a ella atendió Jesús de Nazaret, cuyo horizonte fue el impulso del Reino de Dios, “político” por esencia, presente ya aquí, en nuestro mundo y en el mundo de las pequeñas cosas y los pequeños gestos del “cuidado” y de la “solidaridad”. Jesús transformó el mundo “descosificando” la realidad, tal como nosotros, sus seguidores, debemos descodificarla para hacer la humana. Los valores de Jesús son valores humanos que humanizan el mundo. Los “cosificadores de la historia” –Fukuyama, Trump- pretenden “cosificar”, paralizar el mundo: el capitalismo –dicen-es el fin de la historia (Fukuyama). Pero Jesús reivindicó la historia como proceso constante de descosificación del mundo, sobre todo de las personas condenadas a ser objetos de mercado, mediaciones e instrumentos del Imperio.
Como Centro Pignatelli nos congratulamos de este trabajo “con otros” –el Comité Óscar Romero en este caso- en el que mutuamente nos apoyamos para “reconciliar” este mundo y esta sociedad necesitada de encuentro, fraternidad universal, ternura y cercanía a lo pequeño, donde se gesta, políticamente, la historia de la salvación, que es la historia del ser humano y el universo.
José Luis Saborido Cursach, S.J.