«Whiskas» la Generación que revive la Fe de sus Padres

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«Whiskas» la Generación que revive la Fe de sus Padres

Contaba Ana Irís Simón, la autora de Feria, en un video entrevista en el periódico digital El Debate, que en la primera cita con su novio, su actual marido Hassel Paris, le propuso hacer la catequesis de confirmación. Si pensamos en los jóvenes de hace 10 o 15 años, esta propuesta hubiera sido absolutamente surrealista, cuando no atribuible solo a contextos “hiper-católicos” o incluso abiertamente tradicionalistas.
Ana Iris Simón es representativa de una generación que ha vivido la transición desde la vida “loca” o posmoderna a la búsqueda de sentido a través de la Fe. Ana Iris fue una joven profesional que disfrutó de la vida a tope en su barrio de Malasaña como si no hubiera mañana, hasta encontrase con el vacío existencial con el que algunos, de los que lo han deconstruido todo o casi todo se encuentran. Este mismo vacío es el que se vislumbra en el ácido retrato que relata Esperanza Ruiz Adsuar en “Whiskas, satisfyer y lexatin” dónde nos habla de una joven que llena su soledad con un gato, sus afectos con un consolador y su angustia la trata con farmacopea. 
Ante ese destino de vacío, eslóganes ideológicos identitarios o woke y vidas nihilistas hay una generación de escritores, poetas y columnistas y otros muchos que les siguen desde sus vidas anónimas de cristianos, que “reaccionan”, afirmando que hay una Verdad que merece ser reconstituida y afirmada para dotar de sentido a sus vidas. Para ello recuperan elementos esenciales, como una Fe vivida de forma explícita y sin complejos, la celebración de la misma en una liturgia que cuida y mima los rituales, con oraciones y con formas, lejos ya de los experimentos litúrgicos del posconcilio. Igualmente, la familia, la educación de los hijos en la Fe, o los sencillos rituales de fe del día a día, como bendecir la mesa o rezar con sus hijos son ahora parte de la vida de estos jóvenes, unos más activos en el terreno intelectual o político otros simplemente, cristianos anónimos, que viven su sentido en medio de un mundo secular que parece haber pasado de la indiferencia a nuevas formas de ateísmo militante o de rancio anticatolicismo.
A esta generación, Vicente Niño la ha bautizado como “Generación Whiskas”. Como toda categorización o clasificación, el análisis fino de sus diferentes actores y manifestaciones pone de manifiesto, múltiples incoherencias y manifestaciones contradictorias. Los hay muy conservadores e incluso tradicionalistas, muy combativos con la cultura woke o posmoderna, hasta el punto de sentirse parte de un movimiento movilizado en una batalla cultural contra (así lo viven) una cultura que nos arrincona (a los católicos), nos ridiculiza y busca hacer hegemónica una cultura “pagana” y los hay, con una identidad política más desdibujada, que aspira “simplemente” a vivir su fe con plenitud, en sus grupos, su música, sus oraciones, familias etc o  como afirma Hakuna en su canción “Sencillamente”: “Creo sencillamente, quiero disfrutar de la serenidad del creer…” 
También, encontramos a otros los llamados “rojipardos” o “neorrancios” (denominados así por sus más críticos) que combinan la afirmación de estos valores conservadores con una crítica feroz al capitalismo “realmente existente”. Son estos rojipardos forofos de la doctrina social de Francisco al tiempo que se muestran muy adversos con la izquierda también “realmente existente”, a la que acusan de haber renunciado a los objetivos clásicos del socialismo de mejora de la calidad de vida de las clases medias y trabajadoras para caer en una multiplicidad de batallitas identitarias que  sobre reaccionan levantando banderas de todo tipo de víctimas y causas que parecen alejadas de la batalla diaria y real que viven las clases medias y trabajadoras. 
A esta generación, a sus diferentes manifestaciones y a los elementos que mantienen en común, dedicamos la última conversación en el Centro Pignatelli. Gracias a Rodrigo Pinedo y a Vicente Niño, miembros de esta generación con diferentes sensibilidades, pudimos disfrutar de una tarde apasionante, una conversación formulada en primera persona, dónde Vicente y Rodrigo nos invitaron a recuperar una vivencia de Fe sin complejos, vivida como propuesta más que como reacción o frente de batalla. Después de décadas de perfil bajo, como católicos que no queremos molestar ni parecer “carcas”, quizás hay algo que podamos aprender de estos jóvenes y no tan jóvenes…

José Carlos Sainz

Blog publicado el 23 de enero de 2023

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