Los líderes políticos… a septiembre

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Los líderes políticos… a septiembre

Sí, señoras y señores líderes políticos, a septiembre, porque ninguno de ustedes ha aprobado curso a tenor de los resultados de la investigación llevada a cabo por DYM-Market publicados este mes de junio. A la hora de los exámenes, el que más puntuación ha sacado del 1 al 10 en la valoración de los encuestados es un 3,8, suspenso, suspenso rotundo y claro. En fin, que no se han salvado ustedes ni copiando. Y, en el caso de haberlo intentado, está claro que el ojo se les ha escapado hacia los peores de la clase.
Sus calificaciones están en la prensa. Los examinandos son Yolanda Díaz, Pedro Sánchez, Inés Arrimadas, Pedro Casado y Santiago Abascal. Y en ese mismo orden la valoración desciende del 3,8 al 2,7. A la hora de valorar la actuación de los ministros del Gobierno el bochorno general oscila desde el 4,7 al 3. Es evidente, pues, que no estamos hablando de todos los líderes políticos. Se trata de los líderes de los principales partidos nacionales y del equipo del Gobierno de la nación. Ahí es nada.
No voy a entrar ahora en las causas de tamaño fracaso “escolar” porque son abundantes y evidentes, al margen del alboroto que montaban ustedes en clase. Incluso se les ofreció en ocasiones la oportunidad de recuperar nota, pero, erre que erre, seguían manteniéndose en sus errores sin dar el brazo a torcer, repartiendo insultos y rabietas por doquier, en lugar de revisar sus deberes. 
Han suspendido ustedes curso, pero no se les ve cabizbajos ni arrepentidos. Al contrario, los veo sacando pecho con la misma facilidad con la que acumulan cates. Están tranquilos porque no van a repetir curso. Perdón. Me he equivocado. Es la ciudadanía la que está de los nervios porque teme que sí lo van a repetir. Porque, para mal de muchos, es eso precisamente lo que ustedes desean, repetir y permanecer. Así que a acumular suspensos para no pasar adelante y tener que ponerse a estudiar cosas nuevas. Sentaditos en el mismo pupitre y tan contentos.
No les vamos a castigar sin veraneo a causa de sus malas notas, por su falta de aplicación y de aprovechamiento; porque de la buena conducta y educación mejor no hablar. No. Salgan por ahí y descansen. Porque también nosotros necesitamos holgar un poco, desconectar de sus ruidos. Ya me entienden. Sosiéguense y reparen fuerzas… olvidándose del violento arsenal del que las sacaban antes. Y si tienen que ayudar a sus hijos a hacer sus tareas de verano, no lo hagan sin haber realizado antes las suyas.
Porque, si ustedes no cumplen, ellos sí que repetirán curso a su pesar.
Antaño – ahora no tanto, quizás – era costumbre inveterada, cuando el alumno suspendía, buscarle un profesor particular. No sé si ustedes son partidarios de tales ayudas o no las creen necesarias. En cualquier caso, los mejores profesores para ayudarles en su materia ya no están disponibles. Fueron ejemplo de saber y concordia en tiempos bien difíciles. Ejercieron durante la Transición.  

Luis Úrbez

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